Nuevamente nos encontramos frente a otro año donde celebraremos la Navidad o la Natividad de Jesús, el hijo de Dios que se hizo hombre por ti y por mí. Hace semanas podemos disfrutar el del adviento que nos prepara para la temporada que recuerda el hito más importante de la historia de la humanidad. ¡el Rey nació! Independientemente de cómo celebres estas fechas hay algo importante que debemos recordar: el nacimiento de Jesús, un puente entre Dios y el hombre. Él quiere nacer en cada corazón y en cada familia. Es Jesús quien da la esperanza y propósito a nuestra celebración.
La venida del hijo de Dios; el Mesías Jesús, fue anunciada por los profetas. En realidad, toda la Biblia hablaba de la llegada de un rey, un gobernante, un soberano que establecería un reino eterno, un reino de paz que no tendrá fin. El rey prometido será justo, gobernará con imparcialidad y por la eternidad.
No es un rey que vino a imponerse por la fuerza, por medio de conquista o de guerra. Jesús no quiere establecer su reino en el corazón de los hombres por la fuerza. Vino como un pequeño niño, con humildad y sencillez. Aún así, Él es Dios Poderoso, un Padre Eterno, un Maravilloso Consejero y un Príncipe de Paz. No vino con un montón de reglas, normas o ritos religiosos, no vino a establecer una religión, vino porque quería tener contigo y conmigo una relación profunda, íntima, personalizada. Y que nada menos nos garantiza la vida eterna junto al Dios Creador de la vida.
Quizás lo que más sensibiliza es que haya nacido en un pesebre, en un lugar pobre y precario, siendo el Rey de todo lo que existe. Y hoy el mundo lo celebra con un señor vestido de rojo, renos y una bolsa llena de regalos olvidando el verdadero protagonista de la Navidad es Jesús.
Me emociona leer el anuncio del Nacimiento. Me hace sentir tan feliz.
“Ella se encontraba encinta y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada…”
— Lucas 2:5b-7 NVI“el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre»…”
— Lucas 2:10-12 NVI
Los judíos esperaban un rey y Dios les dio un niño envuelto en pañales rodeado de animales en un establo. ¡Qué humor tan grande el del Padre! ¡Qué hijo tan obediente!
Que en este tiempo de celebración miremos a nuestros seres amados y nos emocionemos leyendo la historia del hombre-Dios que cambió la humanidad con el sólo hecho de ser Dios entre los hombres, el Emanuel con nosotros. Recordemos a los huérfanos y las viudas, a quienes han perdido un ser querido, a los que están solos, a los desterrados, a los exiliados, a los que no tienen con quien pasar la Navidad. No les dejemos solos. Brindemos amor, ese que está representado en el pesebre.
¡Feliz Navidad, porque la Navidad es Jesús!
@PastorEstebanF
Director del Ministerio Latino de Biblica, y presidente del ministerio de capacitación a líderes “Nuestra Fortaleza”.
Por favor escríbeme a esteban.fernandez@biblica.com Será un gusto conocerte.
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