Leía un artículo sobre las generaciones recientes, denominaciones de millennials, generación X, y la nueva denominación (no tan nueva data desde 2014 pero por alguna extraña razón sale a la luz mediática ahora), llamada xennials. El estudio lo hizo un australiano, Dan Woodman, sociólogo de la Universidad de Melbourne. Él sostiene parafraseando a José Ortega y Gasset que “estamos formados por el tiempo en el que vivimos”. Eso me llevó a pensar en como la Palabra de Dios habla acerca de la humanidad, de como irá cambiando el nivel de violencia entre los seres humanos y con relación a la naturaleza que explotamos. Como el pecado dominará la humanidad y cuál es el plan de Dios para salvarla de la muerte eterna.
En el Génesis Dios le encomendó a Adán el cuidado del planeta ¿qué hizo Adán? ¡cuidó por un tiempo determinado! Hasta que cayó en la tentación de comer el fruto prohibido ofrecido por Eva, su mujer, quien a su vez fue tentada por la serpiente. El tiempo que vivían la primer pareja creada por Dios, fue de un contacto absoluto con la tierra, de tal manera que un ser inferior dominó la situación y formó una nueva realidad. Permítame explicarle algo, no es que la culpa fue de la serpiente, la culpa la tuvieron quienes decidieron comer lo prohibido. Quiero hacer foco en la circunstancias, en el entorno.
Hoy a nosotros nos pasa igual. Se pone de moda una canción, y el efecto se contagia (viraliza, se da a conocer de una manera increíble por la rapidez de la expansión), todos en todo el mundo cantan, tararean y utilizan la canción. El “gangnam style” (el hombre oriental bailaba emulando cabalgar un caballo) hace unos años o “despacito” de Luis Fonsi hace unos meses, y bastó que se difundiera para que una inmensa mayoría se identifique con estas rolas musicales. Entonces oímos decir que los jóvenes (quienes son los más influenciados por estas modas musicales) son el reflejo de lo que muestra un videoclip musical: decadentes.
Si seguimos el relato bíblico la humanidad alcanzará niveles de pecado cada vez más profundos. La normalidad bíblica será llamada anormal. Lo bueno será llamado malo y lo malo será bueno. ¡Somos formados por el tiempo en que vivimos! Menos comprometidos, más individualistas, rodeados de violencias y de violentas guerras. La humanidad corre una carrera para comer sano, porque lo que come dejó de ser orgánico y natural, para ser ficticio, escaso de proteínas y nutrientes. Entonces tenemos una sociedad cada vez más enferma, ya sea orgánica, mental y emocionalmente.
Los tiempos que vivimos son tiempos donde se avecina la segunda venida. Nadie sabe el día, ni la hora. Pero las evidencias son cada vez más coincidentes.
Ya soy abuelo. Un orgulloso abuelo de seis nietas mujeres y un nieto varón. Con mi esposa Patricia. concebimos y criamos cinco hijos. Cada uno de ellos muy distintos y muy parecidos entre sí. Nuestra preocupación siempre fue darles el mejor entorno, la mejor educación. Les enseñamos a amar a Dios por sobre todas las cosas. Creamos un microclima familiar de contención y confianza. Problemas hubieron, sí. Pero cada uno de nuestros hijos sabe quién es Jesús.
Hoy quiero que tu puedas vivir al mismo Jesús que compartimos a nuestros hijos y nietos, y a toda persona que se acerca a nuestra familia. Que en medio de tanta información, tantas noticias de violencias y de tanta agresión que se magnifica día a día. Que puedas encontrar paz y que los tiempos que te formen tengan un toque distinto. El mismo Jesús que predicamos dijo: “―Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí” (Juan 14:6 NVI).
Y en un mundo tan egoísta, tan hedonista, tan soberbio y orgulloso, recordemos también las palabras del Apóstol Pablo: “Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado” (Romanos 12:3 NVI).
@PastorEstebanF
Director del Ministerio Latino de Biblica, y presidente del ministerio de capacitación a líderes “Nuestra Fortaleza”.
Por favor escríbeme a esteban.fernandez@biblica.com Será un gusto conocerte.
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