El líder bajo liderazgo

Jul 24, 2017Blog1 Comentario

El líder bajo liderazgo

“Ocupar el segundo lugar no implica ser de segunda clase”. Billy Hornsby.

A principios de 1997, realicé un cambio significativo de carrera por elección. Pasé de ser «el primero en la línea de mando» a ser el segundo. Pasé de ser un hacedor de sombras, al líder que quedaba en la sombra del líder visionario.

Para mí, de principal a adjunto, no fue tan difícil como le fue a otros. Me ayudó que hice el cambio por decisión propia. Pero no puedo mentir: el cambio sí requirió adaptaciones significativas de mi parte.

Al principio de mi transición, luché con mi nueva posición, y extrañé los días cuando era el «Número 1»: añoraba los elogios y anhelaba la atención que alguna vez había tenido.

Fue solo hasta que me sentí seguro del llamado de Dios para que fuera «el segundo en la línea de mando», cuando comencé a evaluar las enormes ventajas de mi nuevo y diferente lugar de liderazgo. Sí, liderazgo.

La influencia de la nueva organización me había otorgado una plataforma más grande para desarrollar mis dones, para recaudar más fondos, capacitar a más líderes, asociarme con más organizaciones e influir en más vidas de lo que jamás había experimentado cuando era el N˚ 1.

Dones en espera

En las tres primeras reuniones del equipo gerencial de la casa matriz, compartí ideas creativas que tendrían un impacto positivo sobre la compañía y creí que los superiores las implementarían de inmediato.

Sin embargo, fueron rechazadas. A medida que las ideas eran colocadas en un estante una y otra vez, mi frustración comenzó a crecer. Llegué a darme cuenta de que la compañía no quería ideas, solo mis habilidades gerenciales y mi experiencia organizacional.

¿Pero qué sucedía con mis dones?

Yo pensaba que tenía mucho para ofrecer y la compañía estaba usando solo una pequeña parte de lo que yo era y tenía para dar. Pasaron años y nada cambió. La frustración se agrandaba y sentía que mis dones se estaban desperdiciando.

¿Por qué? ¿No confían en mí? ¿Por qué el que está arriba siempre tiene una mejor idea? ¿Por qué no puede confiar en la sabiduría y experiencia de su mejor aliado y el de más formación?

En la Biblia, algunos de los grandes héroes de la fe no eran las personas de posiciones más altas en sus ámbitos de vida u ocupación. José condujo desde la segunda silla. También lo hicieron Daniel y Nehemías. Sin embargo, todos estos hombres condujeron y lo hicieron bien. Confiaron en Dios, movilizaron, se relacionaron, negociaron, resolvieron problemas y, además, influyeron a sus naciones para la gloria de Dios.

Hay personas que parece que siempre estarán tras bambalinas y no se llevan el reconocimiento, aunque se esfuercen aún más que el primero al mando. Ellos deben recordar que su trabajo tiene una misión especial: Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor. Colosenses 3:23-24.

La clave es satisfacción. Para poder influir desde la segunda posición hay que ser fieles, leales y seguros, comprometidos a llevar adelante la visión del líder.

Esto no quiere decir que no se pueda llegar a ser un líder principal, simplemente hay que recordar: no es en su tiempo, es en el tiempo de Dios. Prepárese para cumplir su sueño, sin importar qué cargo ocupa ahora.

 

@PastorEstebanF
Director del Ministerio Latino de Biblica, y presidente del ministerio de capacitación a líderes “Nuestra Fortaleza”.

Por favor escríbeme a esteban.fernandez@biblica.com Será un gusto conocerte.

Este artículo apareció por primera vez en el blog de PastorEstebanF. Siéntete libre de difundirlo citando la fuente. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

1 Comentario

  1. Carlos Alberto Diaz

    Pastor Esteban mil gracias que buena reflexión y llega en el momento justo, porque muchas veces nos preguntamos qué pasa con el potencial que Dios nos ha dado, porque no somos el Nº 1, si «estamos emocional y profesionalmente más capacitados». Una vez preguntaba que como hacía con un líder que tenía, el cual era una persona muy inestable emocionalmente y esto hacia que las tareas que debía hacer, no las llevara a cabo. La respuesta que me dieron fue » que bajo mi posición buscara influenciarlo directamente o lo hiciera con quien tuviera influencia directa en él». En este caso el único que pudo influenciarlo directamente fue Dios, a quien puse mi PQR, solo por su gracia empezó a escucharme y los cambios empezaron a darse.

    Bendiciones

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