Tenemos una responsabilidad en nuestro trabajo. No solamente el que tenemos en la obra de Cristo, sino en nuestro trabajo diario. Ese que hacemos desde la mañana; la razón por la que organizamos nuestros días y por la que hacemos las cosas, pero sobre todo para quién las hacemos.
Y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo». También les dijo: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento». Génesis 1:28-29
Cuando se habla de trabajo, hay cinco puntos fundamentales en los que debemos pensar cuando vamos camino a cumplir con nuestras labores:
1. El trabajo es una institución divina
La institución del trabajo vino antes que el pecado. No tenemos que trabajar porque hemos pecado, tenemos que trabajar porque Dios lo quiere. Ahora, lo que vino después del pecado, es el trabajo con dolor, que es una cosa diferente. Antes del pecado, el Señor nos mandaba a hacer un montón de cosas: llenar la tierra, someterla, dominar los peces, labrar, cosechar fruto, todo eso era trabajo.
2. El trabajo refleja la naturaleza y el carácter de Dios
Cuando usted pregunte una parte del carácter de Dios, le van a decir: “Dios es laborioso”. ¿Será por eso que en la Iglesia siempre Dios eligió gente que ya estaba trabajando para hacer sus cosas? Dios no llama a vagos, lo que hace es redirigir a los que ya están en movimiento. Cuando quiera servirle, lo único que tiene que hacer es ponerse a trabajar y Dios lo va a redirigir porque hay una promesa. Además, Él no lo va a tener toda la vida haciendo lo que a usted le desagrada, porque Dios es bueno.
3. El trabajo debe tener un enfoque divino
Si nosotros creemos que trabajamos solamente para nuestros jefes, estamos completamente equivocados. Dios nos pide que trabajemos para ser Sus obreros, para reflejarlo a Él y porque Él lo instituyó. Tenemos que enfocarnos en Él.
Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo. Colosenses 3:23
4. El trabajo disminuye nuestra dependencia de otros
…a procurar vivir en paz con todos, a ocuparse de sus propias responsabilidades y a trabajar con sus propias manos. Así les he mandado, para que por su modo de vivir se ganen el respeto de los que no son creyentes, y no tengan que depender de nadie. 1 Tesalonicenses 4:11-12.
El trabajo es una bendición que nos permite bendecir a otros. Además, cobramos un salario. No importa si creemos merecer más, muchos no tienen la fortuna de recibirlo. El trabajador merece que se le pague su salario. 1 Timoteo 5:18.
5. El trabajo es una responsabilidad para comer
«El que no quiera trabajar, que tampoco coma». 2 Tesalonicenses 3:10
Muchos creen que la bendición de Dios debe caer del cielo, pero el trabajo diario es una forma de recibir ese maná que Él ha prometido. Dios lo quiere bendecir, pero usted va a tener que salir a recoger todos los días esa bendición.
@PastorEstebanF
Director del Ministerio Latino de Biblica, y presidente del ministerio de capacitación a líderes “Nuestra Fortaleza”.
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Excelente enseñanza, Felicidades !