Hoy los medios más poderosos de comunicación popular y formación de cultura -cine, televisión y medios impresos-, repentinamente se convirtieron en alfiles de un ataque coordinado de modo casi sobrenatural y dirigido hacia los cimientos de la confiabilidad e integridad del mensaje bíblico.
Hoy se ha comenzado a escuchar de parte de personas que poco conocen sobre la historia del Texto Santo pero mucho de la cultura popular contemporánea, frases cargadas de ironía o sarcasmo: «¿Todavía crees en eso? Acabo de leer un libro acerca de la Biblia. Créeme que la hacen pedazos», o «¿No me digas que no has visto ese documental? Las cosas son al revés: el “malo”, ¡en realidad fue el obediente!».
Si somos francos, a menos que realmente estemos aislados del contacto con personas que habitan este planeta, tarde o temprano, en el mejor o en el peor momento, algún familiar, amigo, conocido, alumno, maestro, cliente, proveedor, taxista, enfermera o pintor que conocemos hará preguntas semejantes o expresará curiosidad por esos temas.
Me es imposible no traer a la mente la aguda y precisa recomendación de uno de los reclutas más cercanos del Señor, que además provenía de uno de los trasfondos sociales, académicos y personales más humildes: Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. 1 Pedro 3:15b.
Cualquiera pensaría que es tarea de los «Lucas», «Pablos» o «Apolos» de nuestra época el profundo estudio y detallado de toda la argumentación apologética de la fe cristiana.
Sin embargo, el ejemplo de Pedro llama poderosamente mi atención: es probable que los especialistas deban profundizar y seguir investigando, pero es imperativo que todos los creyentes conozcamos bien nuestra fe, sus fundamentos y su historia.
Por gracia de Dios, Él ha provisto de una cantidad enorme de materiales, estudios y recursos que nos permiten hacerlo. La fe viene por el oír, y lo que se debe escuchar es la Palabra de Dios. Autores como Lee Strobel, Antonio Cruz, Darío Silva-Silva y Josh McDowell nos ayudan a escucharla. Y a escucharla bien.
El pueblo de Dios en Latinoamérica debe seguir preparándose. Estar fuerte a los ataques con un profundo conocimiento del Padre. Esta primera ola ha terminado, y con poco éxito. Solo hizo resurgir herejías cuya respuesta fue contundente desde el siglo III de nuestra era. Pero seguramente vendrán más olas y ataques.
Este es uno de los tiempos en los que el existen más documentos, recursos, libros, videos y artículos que nos ayudan a profundizar nuestra fe y edificarla. Yo diría, ¿por qué no prepararnos? Alguien querrá saber sobre nuestra esperanza.
Es probable que los especialistas deban profundizar y seguir investigando, pero es imperativo que todos los creyentes conozcamos bien nuestra fe, sus fundamentos y su historia.
@PastorEstebanF
Director del Ministerio Latino de Biblica, y presidente del ministerio de capacitación a líderes “Nuestra Fortaleza”.
Por favor escríbeme a esteban.fernandez@biblica.com Será un gusto conocerte.
Este artículo apareció por primera vez en el blog de PastorEstebanF. Siéntete libre de difundirlo citando la fuente. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.
0 comentarios